Cáceres monumental, ferrocarril errante

12 de enero de 2017

Nuestro periplo ferroviario por Extremadura acaba en la provincia de Cáceres con la visita a su capital y a Trujillo, ciudad esta última que si no tiene ferrocarril a punto estuvo de tenerlo. En entradas anteriores hemos descrito a Mérida y a Badajoz  y, también, hemos viajado en el tren conmemorativo del 150 aniversario de la inauguración de la línea Ciudad Real-Badajoz. Tocaba ahora una inmersión en la monumentalidad más espectacular. Se nos ha quedado en el tintero una visita a Plasencia (otra vez será), ciudad que antaño lo fuera de paso para el ferrocarril y que ahora lo tiene en fondo de saco. Por cierto, hemos titulado al ferrocarril cacereño como "errante" y éste es el motivo: el trazado de las líneas que cruzan la provincia no ha parado de moverse de sitio desde su construcción y aún no han terminado de hacerlo. Es como esas maquetas ferroviarias en las que su dueño modifica una y otra vez las vías para recrearlas con nuevos trazados. Así es Cáceres y ahora se lo contaremos casi todo, desde la óptica de nuestra cámara de fotos y desde un relato hilvanado en plenas fiestas navideñas.

Habíamos llegado a la madrileña estación de Atocha en otro tren y debíamos transbordar a uno de Media Distancia hacia Cáceres. Estos trenes no parten de la zona de Alta Velocidad de esa estación madrileña sino de la de Cercanías, mezclados en el ajetreo de los trenes que llevan o traen a quienes viven en la periferia de Madrid. La presencia de un tren diésel donde el resto son eléctricos produce una cierta perturbación por el ruido de los motores y el humo que desprende la combustión del gasoil. En esta ocasión, nuestro tren lo estacionaron en la vía 10 poco antes de su partida. Cuatro trenes diarios unen Madrid con Cáceres con tiempos de trayecto entre 3h 38' y 4h 18'. en sentido Cáceres. Para el trayecto inverso hay cinco trenes.


Nuestro tren para Cáceres en la estación de Atocha Cercanías

La ocupación de estos trenes suele ser bastante buena. El día que viajamos el tren iba lleno. Tal vez en Navidades la mayor movilidad favorece su ocupación, además de que el tiempo de trayecto no es demasiado largo.


No cabía nadie más en el tren a Cáceres

Hasta la localidad de Humanes, en la que acaba la línea C-5 de las Cercanías de Madrid, el tren avanza a velocidad moderada porque la malla de trenes de cercanías es densa y no hay forma de adelantarlos. A partir de esa localidad la velocidad se eleva hasta los 155 km/h en una parte del trayecto. A esa velocidad el tren no es que circule, es que brinca, señal de que las vías necesitarían mejor mantemiento para evitar tantos saltos. Por suerte Adif acaba de adjudicar trabajos de amolado y perfilado de desvíos en toda esta zona para suavizar la marcha de los trenes. No obstante su estado de conservación es relativamente bueno, cuenta con una única vía a partir de Humanes y un escaso número de circulaciones. 

Las paradas de nuestro tren no fueron muchas. En el entorno de Madrid, sólo lo hace en Leganés. Enseguida entramos en la provincia de Toledo, donde nuestro tren paró en Illescas, Torrijos, Talavera de la Reina y Oropesa.


Esto es todo lo que se ve por la ventanilla de la estación de Illescas. Un uniformado jefe de estación nos dará la salida


En la estación de Torrijos el cruce con otro tren nos impidió ver entero el edificio de la estación


Así era esa estación hace muchos años (Foto Ayuntamiento de Torrijos)


Estación de Talavera de la Reina. Por cierto, aún andan preguntándose aquí por la línea de alta velocidad hacia Extremadura. No se la espera en muchos años

La primera estación en la provincia de Cáceres es Navalmoral de la Mata. El tamaño de su playa de vías nos indica que antaño debió albergar un gran tráfico de trenes. Hoy sólo los trenes de Media Distancia de Extremadura circulan por aquí.

Por esta estación circuló hasta la noche del 14 al 15 de agosto de 2012 el tren hotel "Lusitania" Madrid-Lisboa. El 10 de noviembre de 2011, el Gobierno portugués decretó el cierre al tráfico ferroviario del tramo Torres das Vargens a Marvão-Beirã por donde ese tren circulaba entre Valencia de Alcántara y Entroncamento. Como consecuencia de ello el "Lusitania" circula ahora por Salamanca-Fuentes de Oñoro. Las relaciones ferroviarias con Portugal han ido cada vez a menos mientras ha ido creciendo el número de autovías que nos unen con el país vecino.


El edificio de la estación de Navalmoral de la Mata (Foto Adif)

El corte arquitectónico de todas estas estaciones es muy similar. Esta estación data de 1878 y toda esta línea fue construida por la Compañía del Ferrocarril del Tajo para crear una conexión más directa hacia Portugal que la que había a través de Ciudad Real, Mérida y Badajoz. En Madrid, los trenes partían de la estación de Delicias, hoy cerrada al tráfico y convertida en Museo del Ferrocarril.

La construcción de la línea de alta velocidad desde Madrid a Extremadura preveía una gran intervención en Navalmoral de la Mata. Desde aquí partía el tramo hasta la estación de Casatejada de la que dista 10,6 km. Las obras a desarrollar incluían varios viaductos de los que sólo queda uno terminado y un pequeño tramo de plataforma que acaba en las parcelas colindantes. Todas esas obras han quedado paralizadas tras el desplante de Portugal a la construcción del tramo de alta velocidad por su territorio. No creemos que sea fácil retomarlas. Adif ha preferido adjudicar la mejora del control de tráfico y las comunicaciones en toda esta zona, antes que abordar obra nueva. Los actuales trenes de Media Distancia con Extremadura por Navalmoral de la Mata van a tener larga vida.


A título de curiosidad les ofrecemos esta croquis del Ministerio de Fomento sobre la línea de alta velocidad de Extremadura, donde aparece Navalmoral de la Mata en un tramo que se licitó y adjudicó en 2011. Las obras están ralentizadas por ahí. El grueso de las actuaciones se concentra en el tramo vertical Plasencia-Mérida y en el horizontal Mérida-Badajoz.

El poblado ferroviario de Monfragüe

Antes de llegar al desvío para dirigirnos a Plasencia, nuestro tren pasó fugaz por el Poblado Ferroviario de Monfragüe.




Situación del Poblado Ferroviario de Monfragüe

Este poblado es uno más de los muchos que salpicaban la geografia ferroviaria de nuestro país en la época de la tracción vapor, cuando era preciso disponer de reservas de locomotoras y muchos empleados, pero es especialmente importante por el empaque de sus pabellones. Los historiadores ferroviarios de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, Domingo Cuellar, Miguel Jiménez y Francisco Polo publicaron un documentado trabajo acerca de ellos, sobre el cual versa esta reseña. El lector interesado en este tema puede leer ese extenso libro.

Recientemente, Adif ha decidido poner en valor el Poblado de Monfragüe, declarado Bien de Interés Cultural.




Así se ven desde la vía los edificios del Poblado de Monfragüe (Foto Revista "Vía Libre")

Desgraciadamente nuestro tren no paró en este lugar y no parece que la mayor parte de los viajeros que en él iban estuviesen interesados en apearse para contemplarlo, pero si el lector se desplaza por allí sepa que a la izquierda de la marcha en sentido Cáceres divisará esos notables edificios.

Por cierto que la estación, hoy sin uso, donde se asienta el Poblado de Monfragüe cambió tres veces de nombre. Primero se llamó Plasencia-Empalme, después Palazuelo-Empalme y, por último, Monfragüe.

La vía que se traslada de sitio

Precisamente poco después de pasar por el lugar donde se asienta el poblado, encontramos el primero de los tramos donde el errante trazado por tierras cacerenas cambió de lugar. Ahí se construyó el bypass de Palazuelo. El 1 de enero de 1985 se produjo el mayor cierre de líneas ferroviarias que ha conocido España. Entre ellas estuvo la parte de la Ruta de la Plata que unía Plasencia con Astorga por lo que la estación de Plasencia pasó a ser terminal.

La línea que viene de Madrid hacia Cáceres, que conectaba en la actual estación de Monfragüe con la Ruta de la Plata, vio cómo se simplificaba ese enlace con la construcción de un ramal más directo hacia Cáceres, dejando sin servicio el antiguo tramo del triángulo ferroviario, algo más sinuoso.



En recuadro, el triángulo de conexión entre las líneas Madrid-Cáceres (directa), Monfragüe-Plasencia y Plasencia-Cáceres. El tramo en rojo es el antiguo trazado por el sur

Sin embargo, el desvío más importante de la línea está algo más al sur, en el trayecto que se dirige hacia Cáceres: es la variante del Río Tajo, construida en 1969 entre los km 290 y 306 de la línea Madrid-Valencia de Alcántara a causa de la construcción del embalse de Alcántara (embalse de José María Oriol-Alcántara II).





La Revista ferroviaria "Vía Libre" dedicó en el número de enero de 2017 un detallado estudio al ferrocarril en la provincia de Cáceres, cuyo autor es el ingeniero Pablo Gadea, y un artículo especial dedicado a esta variante del Río Tajo, redactado por el geógrafo de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, Miguel Jiménez. Nuestro contacto con ellos es muy frecuente y, en esta parte de nuestro relato, hemos utilizado su información y croquis.

Pues bien, el croquis que antecede nos ilustra sobre el antiguo y el nuevo trazado en la zona del embalse de Alcántara. No ha acabado aquí el movimiento de  la línea porque, paralelo al trazado nuevo, se está construyendo la línea de alta velocidad Madrid-Extremadura, muy visible al paso de nuestro tren, especialmente por lo que respecta a los viaductos de los ríos Tajo y Almonte. En esta zona están situados los túneles de la línea actual, que aparecen indicados en el croquis.





El viaducto de Almonte ya terminado y la prueba de resistencia con 36 camiones cargados. Este viaducto tiene 996 metros de longitud y el vano central 384 metros a una altura sobre el embalse de 100 metros en la clave del arco (Fotos Adif)


El viaducto sobre el río Tajo en construcción. Este viaducto tiene una longitud de 1.488 metros con arco central de 324 metros (Foto Adif)

Más al sur aún está la variante de El Casar que modificó el acceso ferroviario a Cáceres con el consiguiente cambio de trazado.




Antigua y nueva disposición de las vías en el acceso a Cáceres. El trazado antiguo pertenecía a la línea Madrid-Valencia de Alcántara. La construcción de la variante permite ahora llegar de forma directa a la nueva estación de Cáceres. Este croquis, como el anterior, pertenece al artículo de Pablo Gadea sobre el ferrocarril en la provincia de Cáceres.


Volviendo a nuestro tren de Media Distancia con destino a Cáceres debemos añadir que, por tratarse de una conexión de Obligación de Servicio Público (OSP), sus precios son fijos sin que haya más descuentos que los de la Tarjeta Dorada, Carné Joven o Familia Numerosa. En el tren en el que viajábamos la mayor parte de quienes en él iban eran personas mayores que, presumiblemente, habrían comprado los billetes con la Tarjeta Dorada. Los escasos jóvenes que iban en el tren se habrían beneficiado también de su carné.



A la llegada a Cáceres la estación hervía de viajeros. La mayor parte se apeaba aquí aunque el tren continuaba hasta Llerena (6h 30' desde Madrid). Casi todas las vías estaban ocupadas por trenes, unos haciendo su recorrido y otros en espera de la hora de partida. La edad de quienes llegaban puede verse bien en la foto, salvo este viajero que, con carné joven, había preferido el tren al autobús y sonreía a nuestra cámara.






Exterior e interior de la nueva estación ferroviaria de Cáceres, inaugurada en 1963. Es la segunda de Extremadura en número de viajeros, con unos 140.000 al año. Con anterioridad a esa fecha los trenes llegaban a la antigua estación cuyo aspecto vemos en esta antigua foto.



La antigua estación de Cáceres

Durante la Guerra Civil española más de 50 trenes diarios pasaban por aquí, como por toda la Ruta de la Plata. Al estar Madrid en manos del Gobierno de la República y gran parte del Norte y del Sur de España ocupado por las tropas de Franco, todo el tráfico ferroviario se canalizaba por Extremadura.

Desde el cierre en 1985 de la parte norte de la Ruta de la Plata al tráfico de viajeros, aunque durante algún tiempo siguieron circulando los trenes mercantes por ella, decayó notablemente la circulación por Cáceres. Ya en 1979 la estación contaba con sólo 17 trenes diarios. Hoy 4 pares de trenes unen Madrid con Cáceres (un tren más en sentido Madrid) y un par de trenes con Sevilla. No obstante, su tráfico es superior al de la estación de Badajoz.

A poca distancia de la estación ferroviaria, Cáceres cuenta con otra dedicada al tráfico de autobuses, que mueve más de 4.000 viajeros al día, con picos bastante superiores en fines de semana y fechas clave.

Una espectacular ciudad monumental

La cierta distancia que separa la estación de ferrocarril del núcleo histórico de Cáceres nos ofrece una ciudad moderna con largas avenidas, que no presagia lo que luego veremos en nuestros paseos por la ciudad vieja.

Hacía pocos días que el equipo de filmación de "Juego de tronos" se había adueñado de la ciudad transformando sus calles y plazas históricas en gigantesco plató cinematográfico. Durante ese tiempo quedó cerrada a los turistas. Por suerte, se había ya marchado en las Navidades, lo que nos permitió disfrutar del extraordinario conjunto de monumentos que encierra.

No sólo se filmó en el escenario natural que ofrecen sus monumentos, sino que algunos fueron modificados para que no "desentonaran" del guión.






Una de las fachadas que recibió la mayor mutación fue la de la iglesia de San Francisco Javier cuyas dos torres de blanco inmaculado quedaron con el tono rosáceo que vemos en la primera de estas dos fotos.


No es la primera pelicula que se rueda en este espectacular entorno, ya que con anterioridad en 2016 se rodaron capítulos de la "La Catedral del mar" y una serie para la cadena norteamericana ABC, denominada "Still Star-Crosed". La primera película que se rodó en Cáceres fue en 1964. Su nombre, "El tulipán negro". Después no han faltado los rodajes que han ido creciendo con el paso del tiempo tras haber descubierto los directores de cine un decorado natural que puede utilizarse con pocos retoques.






Rodaje en Cáceres de las películas "La Catedral del mar" y "Juego de Tronos" (Fotos El Blog del cine español y ABC de Sevilla)

Un paisaje nocturno

Es muy distinta la visión del conjunto monumental de Cáceres durante el día que por la noche, con la cuidada iluminación ornamental que lucen los edificios históricos. Por este motivo, pese a la baja temperatura reinante, nos lanzamos a recorrer la zona antigua la misma noche de la llegada.

No vamos a competir con las webs dedicadas al turismo en Cáceres, como la que ha redactado el Ayuntamiento de la ciudad sino a incentivar al visitante para que contemple la maravilla de un ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad en 1986 por la Unesco. Su parte antigua es el conjunto urbano de la Edad Media y del Renacimiento más completo del mundo.



Alojados estábamos en un hotel que ha recuperado el Palacio de Oquendo para su uso turístico y no lejos de él, la Plaza Mayor muestra con la Torre del Bujaco y el Arco de la Estrella el tránsito desde la zona posterior a la parte vieja. Desde aquí, bien subiendo las escaleras o a través de una calle lateral en rampa se accede al conjunto monumental.


La soledad de la noche permite contemplar los monumentos en todo su esplendor. De día, un cierto tráfico de los coches de los residentes y, también, de esos turistas que no se resignan a llegar hasta el último lugar en sus vehículos, a pesar de la prohibición de circular por sus calles, quita belleza a las panorámicas.







El objetivo de la cámara permite a veces caprichosas formas de la arquitectura acercando las partes altas hacia un centro imaginario en la oscuridad de la noche.



Llegado el día la ciudad presenta un nuevo aspecto, como en este edificio del Museo de Cáceres, visita indispensable para conocer muchos detalles de la historia de la ciudad.






Las calles empinadas se suben con más facilidad y la luz del día permite atisbar muchos detalles en las partes altas de los edificios.



En la lejanía, desde las ventanas del Museo de la Ciudad, se divisa la Sierra de la Mosca en la que está situado el Santuario de la Virgen de la Montaña, patrona de la ciudad.





Hasta la escalinata de acceso al Arco de la Estrella, que en la noche se nos antojaba demasiado empinada, parece ahora más liviana con el azul del cielo como dosel del paisaje pétreo.

Sólo hemos insertado aquí algunas fotografías de los varios cientos que hemos podido hacer durante nuestra estancia en Cáceres. Es una ciudad para recorrerla a pie en todos sus rincones. Y llegar a ella en tren, permite deshacernos de la incomodidad de buscar estacionamiento al vehículo, cuando la mayor parte de los hoteles están en el entorno de la ciudad vieja.

Queremos que, con esta antesala gráfica, sean los propios lectores los que descubran muchos más recovecos, el interior de los edificios visitables, las vistas que se muestran desde las murallas, parte de las cuales pueden recorrerse por sus adarves.



En la parte de la ciudad que circunda la zona vieja, los paseos por sus calles permitirán al visitante admirar edificios en los que la azulejería nos trae a la memoria el uso de este material en la vecina Portugal, que tampoco está muy lejos de Cáceres.



En tren llegamos a Cáceres y hacia la estación regresamos a pie por los jardines del Paseo de Cánovas y la Avenida de Alemania. Es un agradable paseo de unos 25 minutos. Conviene andar y, al contrario que por la zona monumental, en esta caso se trata de un trayecto en horizontal que nunca viene mal a las piernas.

Pero no vamos a la estación de ferrocarril sino a la de autobuses pues nuestro siguiente objetivo era Trujillo que carece de tren pero a punto estuvo de tenerlo.

La ciudad de los conquistadores

Ya desde lo albores del ferrocarril se intentó que Trujillo tuviera tren. Fue en 1846 cuando se hizo el primer proyecto para unir Madrid con la frontera portuguesa y se contempló la opción de unir Toledo y Mérida por Trujillo. En 1853 se volvió a contemplar esa posibilidad. En 1858 el Ministerio de Fomento autorizó a D. Jacinto Orellana a realizar estudios para enlazar Trujillo con la línea que va desde Alcázar de San Juan a la frontera de Portugal por Ciudad Real.

En 1887 la autorización era para unir Logrosán con Cáceres a través de Trujillo con un ferrocarril de vía estrecha. Y ya en la Dictadura de Primo de Rivera se volvieron a hacer estudios para llevar el ferrocarril a Trujillo.

Tantos estudios no lograron que Trujillo tuviera ferrocarril, por lo que nuestra opción era tomar un autobús que desde Cáceres a Trujillo tarda unos 40 minutos. Hay bastantes frecuencias al día explotadas por dos empresas distintas. Incluso hay un horario de madrugada los fines de semana. Con tantas facilidades, pusimos rumbo a la ciudad de los conquistadores.




Estatua ecuestre de Francisco Pizarro en la Plaza Mayor de Trujillo

Y Trujillo es famosa, no sólo por su singular arquitectura que se remonta a la época árabe, sino también por ser la cuna de muchos conquistadores del Nuevo Mundo: Francisco Pizarro, Francisco de Orellana y Diego García de Paredes, entre otros, nacieron en esta ciudad, y llevaron su nombre al otro lado del Atlántico porque la Trujillo de Perú fue fundada en 1535 por Francisco Pizarro.

Hay que reconocer que el lugar donde está situada la estación de autobuses de Trujillo no es el más favorecido de la ciudad. Un edificio rabiosamente moderno, minimalista y lejos de todas partes, desconectado del resto de la arquitectura local.



Estación de autobuses de Trujillo (Foto Fernando Alda - Plataforma Arquitectura)

No es la única estación de autobuses extremeña que deja impactado al viajero. En una exposición arquitectónica de Badajoz, ante la foto de uno de esos edificios, tuve que preguntar que dónde se estacionaban los autobuses. En cualquier caso, el frío reinante invitaba a huir rápidamente del lugar hacia la parte alta de la ciudad. Y eso hicimos, cuesta arriba.


Cuando íbamos de camino, el primer edificio de porte que pudimos encontrar era el actual del Ayuntamiento, construido en 1556 y que anteriormente fue alhóndiga, Casa de Comedias, cárcel, juzgados e incluso casa particular.



Pronto, sin embargo, llegaríamos a la Plaza Mayor con su conjunto arquitectónico donde se funden diversas épocas. Una cuidada web de Turismo de Trujillo presenta todo lo que la ciudad encierra y a ella remitimos al lector para descripciones detalladas.


Precisamente en esa plaza, en una de sus esquinas, está el edificio antiguo del Ayuntamiento, hoy sede judicial.


Desde cualquiera de sus ángulos la citada plaza ofrece vistas espectaculares que son sólo la antesala de la parte vieja de la ciudad.

La caída de la tarde invitaba a repetir aquí la misma experiencia que en Cáceres y acceder a la parte alta, conscientes de que ya anochecido la temperatura sería bastante baja pero las vistas de los edificios con la iluminación ornamental les darían un aire distinto a la contemplación diurna.


Y allá arriba, lo más espectacular es el edificio árabe de la Alcazaba, monumento andalusí de la época Omeya. La oscuridad de la noche resalta de manera singular las torres almenadas y su amurallamiento perimetral. No sé qué haría allí ese coche pero subir hasta ahí en él y dejarlo plantado ante tanta belleza es todo un sinsentido.






Hasta el gran conquistador Francisco de Orellana se nos aparecía dormitando en su pedestal en la noche de Trujillo en ese entorno de monumentos.


Llegado el día siguiente, otro paseo por la ciudad, ya cuando el año concluía, permitía apreciar detalles que la oscuridad de la noche ocultaba.


Entre ellos la vista panorámica de una parte de la ciudad tomada desde lo alto de la zona vieja.


En algunas zonas el campo casi penetra en la ciudad, con una pequeña muestra de lo que se puede ver en gran parte de Extremadura: encinas, olivos, pastos...



Una de las torres de la iglesia de Santa María la Mayor fue atalaya perfecta para divisar el conjunto monumental en su plenitud.



Se trata esta iglesia de un edificio espectacular de estilo gótico, cuya contemplación nos estuvo acompañada de un concierto de órgano a cargo del organista titular que ensayaba una actuación posterior. Todo un lujo de sensaciones.


Como el año ya declinaba, en este singular comedor del Palacio de Santa Marta ya estaba preparada la cena de gala de Nochevieja, culminada con las 12 uvas tradicionales. Un marco perfecto, en una ciudad monumental para pasar de un año a otro.

Iniciado el año 2017 tocaba volver sobre nuestros pasos: autobús desde Trujillo a Cáceres y tren de Media Distancia a Madrid para enlazar con otro tren hacia el sur de España.

Estamos seguros de que habremos exitado la curiosidad de los lectores para contemplar estas ciudades extremeñas con la tranquilidad que permite dejar el coche en casa, tomar el tren, disfrutar del paisaje rural y urbano y traerse a casa algunos de los muchos productos que ofrece Extremadura: los del cerdo, los quesos, las frutas, etc. (MAM)